En Estados Unidos, los atropellos de animales en carretera son una grave amenaza. Más de un millón de especies mueren cada año, y muchos de ellos enfrentan dificultades para desplazarse, alimentarse o reproducirse debido a la fragmentación de sus hábitats.

Uno de los casos más emblemáticos ocurre en Los Ángeles, California, donde la población de pumas ha sufrido graves consecuencias por el aislamiento que genera la autopista 101. Para revertir esta situación, se está construyendo el Wallis Annenberg Wildlife Crossing, el paso de fauna más grande del mundo. Con 64 metros de largo y 50 de ancho, esta estructura está diseñada para integrarse al paisaje con vegetación nativa y materiales sostenibles. 

Este puente permitirá que los animales crucen con seguridad mientras el entorno recupera su continuidad natural. Más que una obra de ingeniería, es un símbolo de cómo la construcción puede reconciliarse con la naturaleza.

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