El hormigón translúcido, también conocido como hormigón transmisor de luz, es una innovación en el campo de la construcción y el diseño arquitectónico. Aunque sus primeras menciones datan de 1935, fue en 2001 cuando el arquitecto húngaro Aron Losonczi logró hacerlo comercialmente viable con su producto LiTraCon.

Este material mantiene los componentes tradicionales del hormigón, pero incorpora fibras ópticas en su mezcla, permitiendo el paso de luz y la generación de efectos visuales sorprendentes. Su versatilidad le permite ser utilizado en fachadas, mobiliario urbano y elementos decorativos interiores, ofreciendo una alternativa estética y funcional a los materiales convencionales.

Actualmente, varias empresas europeas han desarrollado sus propias versiones de hormigón translúcido, diferenciándose en la composición y disposición de las fibras ópticas. Algunas firmas, como Lucon y Lucem en Alemania, y Zopseum en Holanda, han llevado la innovación más allá, explorando su potencial en sostenibilidad y eficiencia energética.

El hormigón translúcido abre nuevas posibilidades en el diseño arquitectónico, combinando resistencia y estética en un solo elemento. 

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